Hay que trabajar mucho tiempo sobre una misma obra, pero sin esfuerzo, sin aburrimiento, sin trabajo en suma, y tal como dice Paul Valéry: «Se ha de mantener el esfuerzo hasta que el trabajo haya borrado las huellas del trabajo».
La meditación desapegada interviene en los últimos toques, que han de dar el máximo de expresión a la obra sin borrar ni destruir nada.