13/51. Todos los misterios están contenidos en el sudor de la tierra y en el rocío del cielo.
35/14. Hay que dar para recibir. Y hay que sudar para ser regado por el dulce rocío del cielo.
05/57′. ¿Qué diferencia subsiste entre el río y la gota de rocío cuando han alcanzado de nuevo el océano primordial?
21/59′. Señor, lloramos de alegría al escuchar tu música que habla a nuestras almas y las consuela del exilio de la muerte, pero es tu santo rocío lo que nos libera del abismo de perdición y nos hace reverdecer en tu luz maravillosa, donde la alegría celeste habita por la eternidad.
34/42′. Abrévanos, Señor del cielo, con tu santo rocío que regenera las almas, los espíritus y los cuerpos desunidos por el juicio de la muerte del mundo.
21/09′. Me he desecado durante mucho tiempo sobre la arena muerta, pero cuando el rocío del Señor me ha bendecido, he reflorecido en el secreto aéreo de la nieve y he madurado en el peso del oro depurado.
21/73′. Así como el rocío cambia la tierra muerta en praderas llenas de flores olorosas, la gracia celeste hace reflorecer nuestros corazones desecados y quemados.
24/11. ¿Cuántos cuecen en secreto el misterioso y santo rocío que viene del cielo a fin de manifestar al Salvador admirable que libera de la muerte?