20/07′ Dejaremos nuestras abluciones cuando reluzcamos de pureza , y es entonces cuando el sol de Dios nos fecundará plenamente, pues lo que ofreceremos al Señor es un corazón virginal y ligero, y lo que nos dará a cambio es un corazón sembrado y denso.
20/01. La pureza de la sustancia de la Madre es lo que nos permitirá encarnar el esplendor de la esencia del Padre y llegar a ser, de este modo, verdaderos hijos de Dios por la eternidad.
18/68. ¿Quién presentará al Altísimo un espejo de amor y de pureza para que él habite de nuevo entre nosotros en el esplendor primero y último? Nuestra virgen ha concebido bajo la mirada del Altísimo y nos ha dado un hijo que ha vencido la muerte y que perfeccionará a todos sus hermanos lisiados.