02/76′. La extrema humillación de la muerte es la entrada obligatoria al esplendor de la vida celeste, pues la separación terrestre es el comienzo del cielo manifestado.
08/05. La mortificación del cuerpo debe preparar la purificación del espíritu y la regeneración del alma. Quien se aparta del misterio de la muerte no conocerá jamás el poder y la gloria de Dios.
09/02′. He buscado la verdad hasta en la corrupción del mundo y he separado la vida de la muerte .
37/26. Hemos hecho hincapié en la muerte que tiene al mundo entre sus garras ciegas, pero también hemos puesto el dedo sobre la vida que se renueva constantemente a través de ella. Hemos hecho recordar la cerradura terrestre y la llave celeste que abren la puerta que abre la estancia de la vida bienaventurada, donde los hijos de Dios se regocijan de la alegría del único Esplendor por la eternidad. Así, hemos perdido deliberadamente nuestra vida en este mundo mezclado, a fin de salvarla en el reino de Dios.