Centro

02/4′. El espíritu recto y simple penetra fácilmente hasta el centro de la tierra donde reposa el oro vivo.

02/36. La parte no puede juzgar la totalidad del Ser, y quien está en la periferia no puede ver como el que está en el centro. El fuego sólo es visible en medio del cielo. Permanece oculto en el centro de la tierra y en el agua media.

02/82′. El Padre en el centro. El Hijo en la periferia. El Espíritu Santo entre ambos. Todos en Uno siempre.

03/17′. En el centro del Universo y en el corazón del hombre están contenidos los misterios de Dios. ¿Quién ahondará el abismo? ¿Quién manifestará la vida de la tierra? ¿Y quién consolidará el rocío del cielo?

03/48′. El centro del centro es como el fuego en medio de la gran agua.

04/36′. El centro del Universo reposa en el corazón del hombre, pero para liberarlo primero es necesario que el espíritu libre venga en auxilio del espíritu prisionero de las tinieblas.

04/49′. Cuando pienso en él mi corazón se funde en el agua y mi espíritu vuela en su inmensidad, pero el peso del amor me fija en la paz del centro secreto.

04/94′. Si no encontramos al Dios que vive oculto dentro de nosotros, jamás conoceremos al que permanece libre en el centro del Universo.

04/05. La cruz une el fuego y la tierra que están en el centro, y el círculo une el aire y el agua que los rodean.

08/04. La santa Madre permanece oculta en el centro de la tierra o resplandece en el cielo, según la voluntad del Padre.

10/60′. Os adoramos, Agua, madre de las aguas, pues el fuego viviente está en vuestro centro y sois excelente sobre todas las demás luces. El sol es vuestra producción magnífica. Santa Madre del fuego, socorrednos ahora y en la hora del paso difícil. ¡?Que así sea!

12/26′. El sol fecunda la vida que asciende y que desciende. Es como el centrode cada mundo, ya sea infinitamente grande, ya sea infinitamente pequeño.

18/06′. Las almas divinas tienden por su naturaleza a separarse de la costra del pecado y a reunirse con su centro eterno, puro y viviente. «Los profetas han venido a recolectar el polvo de oro dispersado en el barro de este mundo.»

30/41′. Los hombres santos designan la cosa bajo una multitud de nombres y figuras, pero la cosa es única y permanece igual a sí misma en su virginidad o en su maternidad, y manifiesta su centro muy santo y muy secreto, que es el Señor de vida.

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